La violencia vicaria es aquella violencia ejercida en contra de la mujer, en la que se utiliza a los hijos como instrumentos para causar daño a la madre, ya sea a través de manipulación emocional, maltrato físico o psicológico o mediante la utilización del sistema judicial para hostigar a la mujer. Generalmente este tipo de violencia puede ser visualizada en contextos de separación o divorcio.

Existen diferentes manifestaciones de este tipo de violencia, sin embargo, las más frecuentes suelen involucrar amenazas relacionadas a la custodia de los hijos, insultos y cuestionamientos hacia el ejercicio de la maternidad frente a los hijos.

Este tipo de violencia aparece como resultado de las relaciones de poder, dado que el agresor busca continuar manteniendo el control sobre la madre a través de los hijos. Es así que, en el contexto de procesos judiciales, muchas veces los estereotipos de género profundamente arraigados, además de la idea de maternidad que se ha construido culturalmente, condicionan fuertemente las acciones que se entiende como “correctas” de las mujeres en procesos judiciales relacionados con la custodia, visitas o incluso denuncias de violencia.

Estos condicionamientos se relacionan con la idealización del rol de la mujer exclusivo de madre, debido a que se juzga y quiere sancionar a la mujer que, siendo madre, busca ejercer otros roles en la sociedad. Una madre que trabaje, una madre que quiera realizar actividad física, una madre que quiera reunirse con amigos o amigas,  una madre que quiera tener cualquier interacción social distinta al rol de “mamá”, es cuestionada en su labor de madre. Como si su único rol en sociedad sería el de mamá.

En Ecuador el uso del sistema judicial para ejercer violencia vicaria se puede ver reflejado en un gran número de solicitudes de medidas de protección a las Juntas de Protección de Derechos, De acuerdo con diferentes estudios realizados a varias de estas entidades, los agresores buscan que el sistema judicial cuestione la idoneidad materna sancionando la vida privada de las mujeres, tácitamente, la ruptura de su supuesto único rol de mamá.

A través de estos  casos de violencia en contextos judiciales, además de cuestionar la actuación maternal, se busca el desgaste económico, emocional y psicológico de la madre como una forma de continuar ejerciendo el poder sobre la misma al arrastrarla a defenderse y limitar su accionar al que desde la violencia vicaria cree es el correcto: solo el de mamá. Conforme se dijo líneas atrás, este tipo de violencia vicaria se presenta en distintas formas y lastimosamente en nuestro país aún no se encuentra tipificada, razón por la cual resulta complejo enfrentarse a la misma.

La violencia vicaria ha presentado nuevos desafíos para la legislación ecuatoriana. Debido al contexto actual la tipificación de la misma resulta necesaria; de forma específica al hablar de violencia vicaria y su uso en contextos judiciales, la legislación debería apuntar a que la ruptura del rol de madre, como típicamente está concebido, no se convierta en un tema de análisis dentro de los procesos, siempre que dicha “ruptura” no este poniendo en riesgo la integridad de los menores involucrados.  

A esto se debe sumar una necesaria y constante capacitación en perspectiva de género para los servidores judiciales, a fin de que se pueda proteger tanto a las victimas como a los menores de forma mucho mas especifica frente a este tipo de contextos de violencia, de igual forma para que se pueda brindar una reparación adecuada y sobre todo que el Estado pueda establecer mecanismos que ayuden a la prevención de este y otros tipos de violencia de genero.